La cadena arrocera lleva tres años sin rentabilidad
El dato lo reveló Federico Gadea, el presidente de la Cámara de Industriales Arroceros. El empresario, ante esta situación, remarcó que es imperativo recuperar la rentabilidad perdida para que el negocio sea sustentable. Consideró fundamental, en este sentido, bajar los costos portuarios, impositivos y energéticos.
Fuente: Por: Danilo Lima Fuente: El Diario Rural |
La 5ª Escuela Internacional de Acondicionamiento y Molinería de Arroz, organizada por la Cámara de Industriales Arroceros, convocó en San Salvador y Concordia a decenas de actores de la molinería en una doble jornada de capacitación de la que participaron especialistas de primer nivel de Estados Unidos, Colombia y Venezuela.
El impacto de las operaciones de limpieza en el proceso de acondicionamiento de granos, el control en el secado y almacenamiento, los factores que inciden en la calidad en el molino, la segregación de calidad en la recepción de arroz, la molienda de harina y la extrusión, entre otros temas, fueron abordados durante las disertaciones de los visitantes.
El encuentro, más allá de la temática desarrollada, permitió, hacer un análisis de la actualidad de la cadena arrocera argentina que, se sabe, tiene a Entre Ríos como protagonista clave dado que aquí se industrializa la mayor parte del arroz que produce el país.
Federico Gadea, el presidente de la Cámara de Industriales Arroceros, en este sentido, destacó el hecho de que esta escuela se realizara por primera vez en la Argentina, además de mostrarse sorprendido por la respuesta de asistentes que llegaron a Entre Ríos.
Al analizar la situación del mercado arrocero internacional, Gadea le dijo a EL DIARIO RURAL que “está un poquito más firme” que años anteriores, pero admitió que la Argentina debe mejorar su competitividad para poder competir en esos mercados. Este año, sin embargo, el sector arrocero argentino cuenta con “un beneficio plus” dado que el área arrocera sudamericana y centroamericana fue afectada por El Niño y su producción fue menor. “Esto nos da un changüí y podemos colocar nuestra producción a mejores precios”, remarcó.
No obstante, Gadea reconoció que se trata de una situación extraordinaria que el año que viene se va a revertir y, por eso, subrayó que el sector debe trabajar fuertemente para bajar los costos de logística, básicamente los portuarios, impositivos y energéticos; caso contrarió, advirtió, “no podremos ser competitivos” en región.
– ¿Cómo está hoy la competitividad de la molinería arrocera argentina?
– La realidad es que toda la cadena, y no sólo la industria, perdió rentabilidad. Hace tres años que la cadena está sin rentabilidad, consumiendo los pocos recursos que tiene productores e industriales.
Está claro que tenemos que trabajar para recuperar rentabilidad, porque sin rentabilidad el negocio no es sustentable, y no puede generar mano de obra.
Hasta el momento, al menos, en la industria arrocera –la mayoría de los molinos está en Entre Ríos donde la actividad es clave para varias ciudades– están haciendo un enorme esfuerzo para mantener los niveles de actividad y conservar los puestos de trabajo, pero son conscientes de que mejorar la competitividad es un imperativo de cara al futuro para recuperar esa rentabilidad perdida y evitar caer en situaciones que nadie quiere.
– ¿Cuáles serían las estrategias para incrementar el consumo de arroz en el mercado interno?
– Ahora estamos enfocados en resolver algunas cuestiones para mejorar la competitividad de nuestra cadena. Pero también tenemos en carpeta un proyecto para impulsar el consumo de arroz en el mercado interno, que hoy es muy bajo. Lamentablemente todos estos temas llevan tiempo y dinero y cuando no hay rentabilidad es complicado distraer recursos.
No obstante, nuestros objetivos son difundir las bondades y la calidad del arroz argentino en los mercados internacionales y también, por supuesto, en el mercado doméstico.
La calidad del arroz argentino está fuera de discusión en el mundo, el problema, según la opinión de Gadea, “es nuestra falta de constancia” en los mercados internacionales y eso se da “no porque los operadores del mercado seamos inconstantes, sino porque los avatares de precios que tenemos cuando no contamos con ningún tipo de protección. Hay momentos que podemos estar en un mercado y en otros momentos no, eso nos quita imagen afuera”.
Valor agregado.
Javier Briceño, venezolano de Barinas, es el vicepresidente comercial de la empresa SuperBrix SA, con sede en Colombia. Estuvo en Entre Ríos para participar de la 5ª Escuela Internacional de Acondicionamiento y Molinería de Arroz, organizada por la Cámara de Industriales Arroceros, y en diálogo con EL DIARIO RURAL habló de la necesidad de agregar valor al tradicional arroz blanco, como una manera de poder competir con más posibilidades en los mercados mundiales, especialmente en aquellos de mayor poder adquisitivo.
“Los cambios en la alimentación permiten que la industria molinera pueda ocupar distintos granos de arroz, con distintas coloraciones y particiones. Hoy ya no sólo se consume arroz blanco como es tradicional, sino que hay otras preparaciones muy demandadas. Al arroz perfectamente se le da un valor agregado, lo podemos saborizar con gusto a carne vacuna, a pollo, a ajo, por ejemplo. De esa forma obtenemos un nuevo producto, posiblemente con un precio mayor que los países de alto poder adquisitivo valoran y están dispuestos a pagar”, explicó.
Briceño, por otra parte, explicó el concepto de extrusión: “Es un proceso que nos permite mejorar la calidad biológica de la mayoría de las materias primas que se utilizan en la elaboración de piensos, compuestos mediante la cocción a temperatura, humedad y presión muy altas durante un período de tiempo muy corto”.
Federico Gadea, presidente de la Cámara de Industriales Arroceros.
Javier Briceño, venezolano de Barinas, es el vicepresidente comercial de la empresa SuperBrix SA, instó a agregarle valor al arroz blanco.
Dinero
El especialista en molienda de arroz William Norris Bond, fundador de Applied Milling Systems, estuvo en San Salvador y Concordia en el marco de la 5ª Escuela Internacional de Acondicionamiento y Molinería de Arroz, organizada por la Cámara de Industriales Arroceros.
“Todas las agroindustrias, incluyo entre ellas por supuesto a la industria arrocera, tienen la misma razón de ser que no es el producto que se está transformando ni la maquinaria, sino el hacer dinero”, remarcó.
El consultor, además, enfatizó que “en las industrias no se trata de las maquinarias, sino de la tecnología involucrada con la gente, con el conocimiento. Bajo ese concepto la inspiración de quienes participamos de estos eventos académicos es darle las herramientas a la gente para que puedan diferenciarse con conocimiento y tecnología humana de los competidores del mismo sector y, consecuentemente, progresar”.
Bond ponderó a la industria arrocera argentina, pero advirtió que “siempre hay espacio para mejorar”. “Es muy importante el potencial que hay acá”, dijo, y destacó el hecho de que la gente (los industriales arroceros) “está sedienta y hambrienta de hacer los cambios necesarios para avanzar”.
El estadounidense William Norris Bond valoró el potencial de la cadena arrocera argentina.